“Sólo al volverse una rutina constante su salud podrá alcanzar un nivel de bienestar"
Si está pensando en realizar alguna actividad física para cuidar de su salud, no hay otras más completas que la natación o correr, pero ¿cuál de estas es la mejor?
Las ventajas de cada una depende de la intensidad o del volumen de trabajo que impliquen, pero es necesario que se deban practicar con frecuencia –por lo menos dos o tres veces a la semana- y en sesiones de una hora o 45 minutos, ya que sólo al volverse una rutina constante, su salud podrá alcanzar un nivel de bienestar. Aquí le decimos lo mejor de cada una de ellas.
La natación, en general, es un deporte bastante completo, tal vez el más completo de todos ya que al realizarlo se utilizan los músculos del tronco, las piernas y los brazos, además de que es recomendable para todas las edades, pues no existe el impacto que puede generar el correr o caminar, donde la fuerza en el cuerpo es mayor por ser ejercicios que se hacen contra la gravedad. Al nadar se realiza un trabajo cardiovascular, se pierde peso y se tonifican los músculos, además de que la ingravidez del medio acuático favorece a la gente con problemas de espalda o en las articulaciones.
En la natación se trabajan más músculos del cuerpo, sin embargo, al correr o caminar se trabaja más las extremidades inferiores. Correr es más efectivo para perder peso, además de que se necesita menos preparación y es menos costoso. No obstante, personas con sobrepeso deben realizarlo con precaución, pues puede resultar contraproducente para las articulaciones de rodillas y tobillos. Correr es muy recomendable para cuidar el sistema óseo, ya que los ejercicios de impacto aumentan su densidad, algo que no se consigue nadando.