Si bien la salud mental es un aspecto fundamental para cualquier país, en México apenas se empieza a tomar una mayor conciencia y a generar estrategias. Sin embargo, hay muchos retos por delante tanto para el sector público como privado. Y es que uno de los principales problemas era que en décadas anteriores se pensaba que las acciones deberían venir solamente del gobierno, pero ahora hay una corresponsabilidad por parte de las empresas.
Si bien la salud mental es un aspecto fundamental para cualquier país, en México apenas se empieza a tomar una mayor conciencia y a generar estrategias. Sin embargo, hay muchos retos por delante tanto para el sector público como privado. Y es que uno de los principales problemas era que en décadas anteriores se pensaba que las acciones deberían venir solamente del gobierno, pero ahora hay una corresponsabilidad por parte de las empresas.
Por eso es de suma importancia que las organizaciones velen por la salud mental de sus colaboradores, en gran medida para cumplir con las leyes, como la
NOM 035 para identificar y erradicar riesgos físicos y psicológicos en los centros de trabajo. Pero también porque
contar con trabajadores en balance generan ventajas productivas y competitivas para los negocios.
Panorama de la salud mental en el país
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Mental, un 18% de la población urbana en edad productiva (15- 64 años de edad) sufre algún trastorno mental o de estado de ánimo como estrés, ansiedad, depresión o fobia. Además, 3 millones de personas son adictas al alcohol, 13 millones son fumadores y hay más de 400 mil adictos a psicotrópicos.
Se ha documentado que entre el 1 y 2% de la población adulta ha intentado suicidarse y la tasa de suicidios consumados tiene una tendencia al alza.
Del presupuesto en salud en México, solamente se destina alrededor del 2% a la salud mental, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que se invierta entre el 5 y el 10%. Además, el 80% del gasto en salud mental se emplea para la operación de los hospitales psiquiátricos, mientras que se destina muy poco a detección, prevención y rehabilitación.
Casi el 30% de los mexicanos se han sentido deprimidos al menos una vez y relativamente pocas personas tienen acceso a servicios de salud mental de calidad.
En los países de ingresos bajos y medios, más del 75% de las personas con trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias no reciben ningún tratamiento para su afección.
Acción en centros de trabajo